Hace ya varios meses de mi visita a Cuba. Estuvimos 10 días recorriendo la isla a "golpe de pedal". Hace no mucho oigo decir de la visita de Roberto Pérez por Europa y de cómo se ha adaptado Cuba a la escasez de petróleo. Me anima a escribir sobre lo que vi.
El régimen comunista de allá, si algo tiene bueno, es que obliga a compartir los medios de transporte. Me explico, allí hay tres tipos de vehículos: el vehículo que ofrece un servicio público, el vehículo del gobierno -creo recordar que éstos tienen matrícula de color azul- y el vehículo "particular" -de particular no tiene nada porque es del gobierno. La población, para desplazarse de un punto a otro suele concentrarse en los "entronques" (cruces de carreteras principales). Esta gente hace visible un manojo de billetes de pesos cubanos y el vehículo que pase por allí, ya sea del gobierno o particular, tiene obligación de parar y llevarles. Si es público, por supuesto que también. Este modelo de transporte es bastante eficiente en términos de ahorro de combustible, pero claro, puedes tardar medio o día entero en llegar a destino; pero bueno, prisa los cubanos no conocen por ahora. En cuanto a los vehículos que ofrecen un servicio público, pues... decir que aquí las reses van más seguras en los desplazamientos. Son comunes allá camiones del año catapún transportando a gente de pie, cara mirando atrás para evitar el viento. Aún recuerdo cuando nos adelantaba uno de esos camiones: humo negro, negro, negro.
El cubano que nos conducía el coche escoba resultó ser uno de los mayores cargos del organismo encargado de gestionar el ferrocarril, lo que aquí es ADIF. Me contó que Cuba el siglo pasado contaba con una de las redes de infraestructura ferroviaria más grande e innovadora del mundo. Ahora, los trenes sólo circulan apenas a 40-50 kms/hora.
¿Más modos de desplazamientos? Como anécdota, contar que cuando llegamos en bici a Colon, un núcleo de unos 800.000 habitantes con algunas calles sin asfaltar, les extrañaba que ese día vinierámos de la costa, a unos 80 kms de distancia. La población, aún siendo pequeña la isla, no conoce más alla de 30-40 kms a la redonda. Incluso nuestro cubano chófer no conocía muchas partes de la isla!
Las bicis-taxis son muy comunes allí. De hecho, es uno de los modos de transporte más importantes de núcleos pequeños. Una duda que nos asaltó es por qué los cubanos tienen el sillín de la bici tan bajo! Deben tener los cuadríceps hiper-desarrollados o no se entiende. Pero no solo en Cuba son comunes las bicis-taxis, que pudiera entenderse por la falta de crudo. En Londres, en pleno centro, también las he visto este verano. Ahora eso sí, a chulos no nos ganan a los latinos los británicos. El cubano cuida la imagen y la bici-taxi iba mega-tuneada, con su batería de coche y sus altvavoces con el regetón a todo trapo.
Si hay algo que caracteriza a La Habana, relacionado con el transporte, es su olor a crudo mal refinado, semejante al olor del queroseno. Y es que Chávez les vende el crudo barato pero les vende el malo ...
Estando allí recordé de las anécdotas que me contaban mis abuelos cuando empleaban días enteros recorriendo apenas 30-40 kms para dar salida a las cosechas a pueblos vecino, transportándolas en burro. O cuando iban a las ferias a Talavera recorriendo 20 kms de ida, fiestón y 20 kms de vuelta y vuelta al tajo. Y es que hoy, la distancia suele traducirse en tiempo, dando por hecho que existe un medio de transporte que nos lleva a cualquier sitio. Creedme, 100 kms en bici, aún siendo Cuba plana es bastante distancia. Aunque quizá sea falta de costumbre, pues allí conocimos a un cubano que se hacía unos 30 kms diarios en bici. Era panadero y tenía que dar salida al pan con el inconveniente de que la viela de la bici estaba medio jodida y sólo contaba con un pedal!